El curioso Origen de la Vida

El mundo en el que vivimos es realmente sorprendente. Todos los días no dejo de cuestionarme del magnífico mecanismo que tiene nuestro cuerpo, capaz de obedecer órdenes, de crear, de razonar o solucionar. A ello hablaremos de cómo llegamos a subsistir en un planeta azul, dentro de una galaxia en el que al parecer, somos el único signo de vida.

Para poder comprender cómo llegamos a ser los seres humanos que somos debemos tomar en cuenta las moléculas más pequeñas que conocemos: los átomos, que es la unidad más pequeña de un elemento químico que mantiene su identidad o sus propiedades y que no es posible dividir mediante procesos químicos. Todo lo que nos rodea, todo en el universo está conformado de una cantidad infinita de átomos, y más aún, de protones que es una parte aun más infinitamente pequeña que el átomo. Al principio se unieron todo tipo de materia, partículas, polvo...todo según la famosa del Big Bang o La gran explosión. ¿Cuánto tiempo tomó crear el universo en el que vivimos? Quizás muchos pensarán que tomó un buen largo tiempo, eso fue aproximadamente hace 13,700 millones de años aproximadamente. La teoría se dice que es una explosión porque en realidad se trata de una EXPANSIÓN, que se le puede llamar explosión debido a que el universo se concibió de una forma inmediata, a una velocidad inimaginable, es decir, númericamente hablando de 1X10 a la -43 de un segundo. Mas o menos como si estuviéramos agitando una lata de refresco (preparando la materia) y al abrirlo se expandiera el líquido rápidamente por presión. Así, en millonésimas de millonésimas de segundo se concibió la gravedad. Casi al instante, surgió el electromagnetismo, las fuerzas nucleares (la materia), fotones (la luz más antigua del universo), electrones, partículas subátomicas.

Aunque Alan Guth propuso la teoría de la INFLACIÓN, en el que se explica que realmente la creación del universo es una expansión que fue veloz, hecha en instantes de pasar a ser una nada a un todo, donde también explicó las ondas y remolinos que hicieron posible la formación del universo, lo que permitió crear estrellas y galaxias, miles de ellas. Por lo tanto, todo fue mucho

mejor para nuestra Tierra. Se dice que la Tierra surgió del choque de pequeños asteroides, cometas y estrellas (las mismas que permitieron que nuestro mundo tuviera metales pesados y carbono). Curiosamente, si la gravedad nos hubiera resultado por un poco pero de lo que es poco más pequeña, o tan sólo una pizca más al valor de la gravedad, nunca habría podido nacer un universo porque este habría colapsado como cuando formamos una torre con naipes y de repente se desmorona por una pequeña falla, o si no, no habría nada, solamente un vacío, nada! si hubiera 0.007 menos de gravedad, el universo sería puro hidrógeno, si a esto le añadimos 0.001 de menos gravedad, el hidrógeno no habría existido, por lo tanto no se hubiera estimulado el crecimiento de un planeta con vida. Por esa razón, curiosamente con podemos considerar privilegiados de que la gravedad no es un poco más o ni un poco menos de su valor, gracias a eso es porque estamos aquí. Es tan asombrosa esa casualidad. La tierra terminó de labrarse despúes del choque constante de pizcas de polvo y átomos, pasando a hacerse rocas, chacar unas con otras haciendo una masa grande (igual los demás planetas). Si estrellas no hubieran chocado con la masa que sería nuestro hogar, ho habrían existido los metales que son compuestos de muchas cosas que están a nuestro alrededor, sobretodo el que nuestro núcleo existiera (hecho de hierro y níquel), para eso, se necesitó un calor mayor que el del propio sol (concentrado en estrellas). El núcleo tiene el papel fundamental de hacer un campo de fuerza que protege a nuestra tierra, entre otras cosas.

De no ser porque cometas se colapsaron al mundo desde millones de años luz en la nube Oort de donde salen estas cometas, no se hubiera logrado conseguir el oxígeno, porque despúes de tantos coemtas, un mundo caliente se sumo al agua, creando así el agua. Llovió por cientos de cientos de años podiéndose enfriar la corteza y crear el oxígeno que alentaron la creación de la vida: las células procariota.

Juntando partículas subatómicas se forman átomos, de atomos moléculas, de moléculas células, de células tejidos, de tejidos órganos, de órganos un sistema, de sistemas finalmente los primeros organismos de vida que fueron algas, bacterias y archaes. Cada ser se fue adaptando conforme sus necesidades y su entorno. Extraordinariamente por circunstancias, nuestra galaxia es perfecta, ni un poco grande ni un poco chica porque todo es como debe ser.

• Referencias: Bill Bryson (marzo del 2010). Una Breve Historia de Todo. RBA
• ÁlvareZ, Walter, T. rex and the crater of doom. Princeton Nueva Jersey
• Wikkipedia

Escrito por: Valeria Gallardo (23.08.10)

Pacto Eterno

"Nada puede satisfacer más al hombre que el propio amor" - Valeria Gallardo

PARTE UNO: Charles Hyland D.

Se despedía una noche líquida consumada por las lejanas nébulas que le arrebataban la luz al cielo y las estrellas. Un tufo grisáceo y blanquecino emergía del suelo evocando el aliento glacial. Se encontraba un joven mozo esperando en los brazos amargos de una fría pronta madrugada. Este, de manera constante se friccionaba las manos para propagar algo de calor a su cuerpo. Resonaba inoportuno un eco cadente de criaturas nocturnas derruyendo los cesos de su presa, por más grandes o pequeños que fueran. Predominaba una fragancia de cedros, pinos y abetos mezclándose con la húmedad fresca. El muchacho miraba desesperado a todos lados, matando esperanzas certeras que terminaron por tornarse en las peores suposciciones. Muy tenuemente el claro de luna lograba iluminar los alrededores y sonidos siniestros subyugaban el bosque. El joven estaba recargado en un frondoso árbol en el que se hacia visible la cicatriz en el tronco, sobre su cabeza dos iniciales: VE. Cansado de la espera, el muchacho emprendió un camino para ir a averiguar lo que tanto le inquietaba la mente, olvidando y dejando al azar lo peligroso que era estar solo a tales horas de la noche. Sus pasos crujían imponentes ante el ritmo del bosque, dándoles pistas a los depredadores de su movimiento y locación. Para su suerte, ninguno lo siguió, aún. Caminó almenos unos veinte minutos hasta llegar a salvo a un pueblo que apenas desprendía luces ínfimas, señales de vida. Tras unos minutos, se dirigió a una casita de tonos ocres, donde se podía distinguir débilmente el aura de una vela estática. Éste se asomó por la ventana y en un punto un poco lejano, vio a una muchacha de piel dulce, de cabellos castaños y ojos de miel llenos de lágrimas destilándole por montones, su cara estaba roja por el llanto. Frente a ella, estaba un hombre de mayor edad, alto, fuerte, con unas manos del tamaño de un pomo que amenazaban con violencia a la chica. Este calvo hombre compartía un poco de similitud con la muchacha, lo que explicaba que eran padre e hija.

- ¡Te dije que jamás volvieras a ver a ése bastardo de Víktor! - exclamó el hombre lleno de furia.
Luego le tiró un golpe a su hija. Cayó al suelo, emandando tinta roja de sus labios, sangre de su sangre. El muchacho observando, se llenó de coraje y tocó con fuerza la puerta para impedir semejante indulgencia del padre.
- ¡Déjala! ¿Cómo te atreves a hacerle eso a tu hija? ¡Hazmelo a mí, pero no a ella! - gritaba con fulgor.
El hombre se detuvo al oírlo y verlo. Le abrió la puerta satisfecho de verlo. Lo metió de un simple jalón con su puño de bizonte que este poseía. Tomó de una mesa de madera un largo cuchillo empleado para cortar la carne de las reses y con velocidad se lo clavó al chico directamente en su vientre.
- Les advertí a los dos que si los volvía a ver juntos los mataría ¿Quién lo diría? Mi propia Evangeline me engaña despúes de haberle prometido a su padre que nunca te volvería a ver - decía con rencor sosteniendo el cuchillo que le chorreaba la sangre de Víktor. Víktor estaba petrificado en una gélida agonía que paraba a un avismo sin fondo. James, el padre de Evangeline izaba el cuchillo para volverlo a clavar, pero esta vez, para enterrarlo en el corazón.

Escritores Natos

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